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CENSURA EN EL LIBRO DE BUEN AMOR

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INTRODUCCIÓN

Numerosos autores y críticos opinan de forma diferente acerca del Libro de Buen Amor2, acerca de esta “comedia humana” como lo llamó Menéndez Pelayo; aunque por sus caracteres peculiares, este no puede ser adscrito a un determinado género literario medieval.

A nosotros ahora nos ocupa el análisis de los pasajes de la “Cita de Don Melón y Doña Endrina” (871-877) y de las “Quejas de Doña Endrina a Trota-conventos y boda” (879-891).

Una vez finalizado el primero de ellos (estrofa 877) nos encontramos con una laguna e inmediatamente después, ya en la estrofa 878, Trotaconventos da por entendidas, lógicamente, todas esas estrofas que no aparecen y sus palabras van dirigidas a Doña Endrina con forma de excusa. Trotaconventos pretende hacerle entender que ella fue la que viendo el peligro (“Quando yo salí de casa, pues que veyades las redes,…”) se quedó con Don Melón a solas y por tanto: “A mí non rebtedes, fija, que vós lo meresçedes”.

Luis Jenaro MacLennan3, en su artículo “Sobre el texto del Pamphilus4 en el Libro de Buen Amor”, insiste en que la laguna que hay entre las estrofas 877 y 878, que omite los versos 669-761 del Pamphilus, comedia escolar anónima escrita en latín durante el siglo XII y de la que el Arcipreste realiza una paráfrasis a lo largo de los 304 tetrástrofos que el episodio de los amores de Don Melón de la Huerta con Doña Endrina de Calatayud ocupa, esa laguna se podría explicar en parte por la presencia de material heterogéneo en esta sección del Pamphilus, que el Arcipreste habría rehecho sin que le satisficiera al comparar diversas lecciones. También MacLennan se centra en la creencia de que esa notoria laguna de 32 estrofas no fue debida a accidente, ni a mano censoria, sino a dificultades inherentes a la tradición textual del Pamphilus.

1 Profesora, Universidad West de Timisoara, Rumania.

2 RUIZ, J. (Arcipreste de Hita): Libro de Buen Amor. A. Blecua ed. Cátedra (Letras Hispánicas), Madrid, 2.001.

3 JENARO MACLENNAN, L., “Sobre el texto del Pamphilus en el Libro de Buen Amor”, IN: Revista de Filología Española, 1.988, núm.1, 2, pp. 143-151.

4 RUBIO, Lisardo y GONZÁLEZ ROLÁN, Tomás: Pamphilus de amore (Pánfilo o el arte de amar), Bosch D. L., Barcelona, 1977

Por otra parte, Juan Carlos Ramírez Pimienta 5señala como pasaje que le intriga el de la violación y se atreve a deducir que, aunque las estrofas de la violación fueron rasgadas de todos los manuscritos, Doña Endrina fue violada por Don Melón. Doña Endrina se lamentará de su suerte y Trotaconventos le recordará que tiene que cuidar su buen nombre (estrofas 879-880).

Aunque Fernando Lázaro 6en “Los Amores de Don Melón y Doña Endri-na” no hace ninguna referencia explícita a la laguna, al resumir el argumento del Pamphilus, alude a la violencia, término que ya apuntaba Juan Carlos Ramírez Pimienta. Concretamente lo hace al contar cómo Venus recomenda-ba a Pánfilo para lograr el amor de Galatea y le decía que si hiciera falta no dudara en apelar a la violencia. En efecto, Pánfilo, ciego de pasión, cumple su designio. La pobre Galatea queda sumida en llanto y en desesperación.

Por tanto, Lázaro Carreter nos hace pensar con este dato en la posibilidad de que, teniendo como tiene el Libro de Buen Amor como fuente al Pamphilus, la laguna citada tratara de un forzamiento, una violación que fue suprimida de todos los manuscritos al rasgar las estrofas de los mismos.

José Luis Girón Alconchel 7destaca que las 32 coplas que faltan entre 877 y 878 en todos los códices (unos dos folios en S), faltan por censura, por el carácter escabroso del pasaje.

Son el mismo texto del Arcipreste y la crítica los que han señalado el origen de la aventura de Don Melón y Doña Endrina en el Pamphilus. El Arcipreste introduce varias diferencias importantes con respecto a esta comedia latina:

la viudez, la extensión (el doble de versos) y el cambio de nombre. Juan Carlos Ramírez Pimienta apunta también la ausencia del padre de Doña Endrina.

Pero, sobre todo, vamos a concederle especial importancia a otra diferencia, el matrimonio, que aunque se encuentra en el Pamphilus está enfatizado en el Libro de Buen Amor.

Y es que el fin de esta aventura es el matrimonio como forma de restricción hacia Doña Endrina. El Arcipreste introduce, por medio de su personaje Don Melón, a Doña Endrina al orden patriarcal del que ella, por ser viuda y sin padre, ha logrado escapar. Cualquier mujer independiente, y Doña Endrina lo es, se percibe en este cerrado mundo como una amenaza al orden social.

Este episodio resalta sobre los demás. Es aquí donde el protagonista con-quistador logra su primera, y en sentido estricto, su única conquista. El único triunfo amoroso del Libro de Buen Amor sucede en la aventura de Don Melón

5 RAMÍREZ PIMIENTA, J.L., “Aventura de Doña Endrina como control de la vida social”, IN: Hispanic Journal, vol. 19, nº1, pp. 169-181.

6 LÁZARO CARRETER, F.,“Los amores de Don Melón y Doña Endrina”, IN: Revista Arbor, 1.951,Tomo 1, pp. 210-236.

7 RUIZ, J. (Arcipreste de Hita): Libro de Buen Amor. J.L. Girón Alconchel ed. Castalia, Madrid, 1.985.

y Doña Endrina. Aunque hay que apuntar que la crítica en general sí acepta el triunfo con Doña Garoza, y este amor conseguido de la Monja Garoza ilustra el buen amor. De todas formas, nos inclinamos por la opinión de Ramírez Pimienta: “si bien tuvo algún éxito con Doña Garoza no es del todo claro que hayan llevado algo más que una amistad”.

LA CENSURA POR EL CARÁCTER ESCABROSO

El porqué de la laguna entre las estrofas 877 y 878 la encontramos igual que Alconchel y Pimienta, en el carácter escabroso de las 32 coplas que faltan.

Por tanto, estamos hablando de censura. Y, lógicamente, teniendo en cuenta la aportación de Pimienta: la violación en estas estrofas.

Ya en las estrofas 868-870 podemos observar cómo Don Melón recibe los consejos de la Trotaconventos que le invitan al engaño de la enamorada,

“exemplo ex contrario” como veremos más adelante, y de forma muy sobre-saliente en “encantador malo saca la culebra del forado”, “sed cras omne en todo, non vos tengan por teñico: fablad, mas recabdat quando ý yo non finco” (hay que destacar “omne en todo”, es decir, “portaos como un hombre”

refiriéndose no solo a la caballerosidad, sino también a un sentido erótico, a que el hombre cumpla su propósito y lo haga perfectamente) y “recabdat lo que queredes, non vos tengan por çestilla”.

De forma clara se puede ir deduciendo que Don Melón siguió los consejos de la Trotaconventos, lo que nos va confirmando nuestra teoría de la violación en esas estrofas, que buen ejemplo es el verso: “fablad, mas recabdat quando ý yo non finco”.

Esta invitación de la Trotaconventos al engaño de la enamorada, resaltando la maestría de la Vieja y sus consejos, nos recuerda al pasaje del Pamphilus en el que Pánfilo era aconsejado por Venus, que le recomendaba que no cediera aunque lo rechazara y que, llegado el caso, no dudara en apelar a la violencia.

La estrofa 877 simplemente se centra en la entrada de Don Melón en la casa de la Vieja y cómo se asombra falsamente de la presencia de Doña Endrina.

A partir de este momento, Don Melón y Doña Endrina se quedan solos y es algo que deducimos por la estrofa 878 en la que la vieja dice: “Quando yo salí de casa, pues que veyades las redes,/ ¿por qué fincavades con él sola entre estas paredes?”.

Son las estrofas en las que los amantes están solos las que comprenden la laguna, el episodio de la violación.

La Trotaconventos en la estrofa 878 ya se excusa de lo ocurrido: “A mí non rebtedes, fija, que vós lo meresçedes” y advierte a Doña Endrina que lo que debe hacer es ocultar su pesar y así salvar su honra.

Pero la Vieja nos hace ver con verdadero valor moral lo que a la propia Doña Endrina le hace ver: “que todos los omnes fazen como Don Melón Ortiz”.

Seguimos confirmando que Doña Endrina ha sido engañada y está pro-fundamente dolida en las estrofas 882-889, en las que denuncia el engaño a Trotaconventos.

CENSURA POR LA APARICIÓN DE VERSOS ERÓTICOS

Apuntando, por tanto, a la censura por el carácter escabroso del pasaje, no nos podemos olvidar de desechar la censura por la aparición de versos eróticos, ya que en las aventuras en la sierra abundan descripciones con doble sentido, casi siempre erótico: así, en 1.011c, “En el Apocalipsi Sant Johan Evangelista/ no vido tal figura nin de tan mala vista;/ a grand hato daría grand lucha e con-quista:/ non sé de quál dïablo es tal fantasma quista”, es más probable que “ lucha” tenga el sentido sexual que deriva del latín, lengua en la que “luctare”

se empleó con este sentido, y aparece en algunas “pastorelas” francesas y en otros textos líricos antiguos.

Además, la ambigüedad del verso 971g: “creo que fiz buen barato”, sirve para ironizar sobre el erotismo. A. Castro 8vio en este erotismo plebeyo una muestra más de la influencia islámica. ¿Se jacta el protagonista de su aventura (“creo que hice un buen negocio”) o se disculpa (“creo que salí del paso relativamente bien”)? Es difícil resolver esta ambigüedad. El talante del narrador-protagonista, que tiende, más que a jactarse de sus conquistas, a presentarse a sí mismo en situaciones desairadas y burlescas, nos inclina a pensar en la disculpa irónica.

De esta forma, no podemos equiparar los versos eróticos y los versos en los que aparece la violación, partiendo de que los eróticos aparecen en el Libro de Buen Amor y es el propio Arcipreste el que dice: “Empero, porque es umanal cosa el pecar, si algunos –lo que no los consejo- quisieren usar del loco amor, aquí fallarán algunas maneras para ello” y “E Dios sabe que la mi intençion non fue de lo fazer por dar manera de pecar nin por mal dezir; mas fué por reduçir a toda persona a memoria buena de bien obrar e dar ensienpro de buenas costumbres e castigos de salvaçion, e porque sean todos aperçebidos e se puedan mejor guardar de tantas maestrías como algunos usan por el loco amor…”. El propósito del Arcipreste de Hita es el de prevenir contra todo. Por eso previene, puesto que es “umanal cosa el pecar”, que el que quiera puede encontrar en el texto abundantes ejemplos para sus designios. Por tanto, no hay censura.

8 CASTRO, Américo: «El Libro de buen amor del Arcipreste de Hita», España en su historia. Grijalbo, Barcelona, 1984, pp. 355-446.

El pasaje de la violación es ya otro tema: estamos hablando de forzar, de conseguir algo por la fuerza, el daño no es sólo físico sino también psíquico y todo ¿con qué objetivo? El fin no justifica los medios en este caso. La des-cripción de los hechos hubiese sido tan dura y hubiese estado tan al borde de lo inmoral, que la censura hubiera recaído sobre ella rápidamente.

LA VIUDEDAD DE DOÑA ENDRINA

¿Con qué objetivo se produce la violación?

El que Doña Endrina sea viuda hace una gran diferencia en la forma en que es vista socialmente. En la Edad Media existían dos estereotipos acerca de las viudas: la viuda casta, fiel a la memoria de su esposo y la viuda alegre, sexualmente activa. La religión prefería una viuda vuelta a casar que una

“viuda alegre”.

En el Libro de Buen Amor el Arcipreste se enfrenta (además del episodio Melón – Endrina) a dos viudas más: la viuda lozana y la viuda devota. La aventura de la viuda lozana curiosamente comienza también en un ambiente de boda. Sin embargo, terminó en fracaso debido al poco empeño que el Arcipreste puso en la obra. De todas formas, el fin era predecible porque el Arcipreste estaba en su papel de tal y no podía casarse.

La siguiente aventura concerniente a una viuda está colocada inmediata-mente después de la de la viuda lozana. Nuestro protagonista encuentra a la Dama en cuestión rezando muy devota en la iglesia. La mujer, por mediación de la Trotaconventos, no acepta las propuestas del Arcipreste y este da por ter-minada la aventura, no sin antes declarar que la viuda: “E desque fue la dueña con otro ya casada” (1.330a). Es decir, que ha entrado al orden patriarcal.

Centrándonos en el caso de Doña Endrina, hemos de aclarar que es muy diferente. Ella representa a una mujer independiente y peligrosa. Indepen-diente pues no tiene un hombre a su lado y peligrosa por ser joven, bella y rica. Por ser una viuda que no quiere casarse, que ha resistido “más de çiento”

propuestas, el protagonista de Juan Ruiz decide atraparla, a la “ciruelita agria y áspera”. Trabajará mucho y por ello conseguirá el éxito. De ahí que la aventura del libro se desarrolle en el doble de versos que su contraparte pseudo-ovidiana, pues ya sabemos que en el caso de la viuda lozana “si poco trabajó, poco sacó”.

Doña Endrina aceptó la invitación de Trotaconventos a su casa y debido a la insistencia de la Trotera, la viudita bajará la guardia. Entonces, ¿para qué forzarla?

Trotaconventos además de ponderar la riqueza y la belleza del galán ante Endrina, también resalta su carácter pacífico y dice que es “manso más que un cordero, nunca pelear lo vieron” (728d).

Al final de la historia el “cordero” se convierte en lobo haciendo caer a Endrina en la trampa preparada en casa de la alcahueta. Ya algunos críticos han señalado que Doña Endrina al entrar en casa de la Vieja entró a un espacio prohibido y que por ende tuvo que pagar. Pero, se puede pensar, por el contra-rio, que el terreno prohibido al que entró, y en el que quería permanecer, fue el de la independencia al convertirse en viuda joven y rica.

Por esa transgresión Endrina tiene que pagar, tiene que entrar al orden patriarcal casándose con Don Melón. Al aceptar la invitación de visitar la casa de la Vieja se coloca ella misma en el cepo.

Creemos que la violación fue utilizada para asegurar que el matrimonio se llevara al cabo. Al forzar a Doña Endrina sexualmente también la fuerza socialmente a desempeñar un papel más pasivo pues de allí en adelante será Melón quien manejará los asuntos legales y económicos de su esposa.

De inmediato Endrina se da cuenta de que su independencia se ha acaba-do. De ser una mujer con múltiples opciones ha pasado a ser una mujer con solo una alternativa. Después del engaño se veía atrapada, y por eso le dice a la Trotera: “Ayer mill cobros me dabas, mill artes e mill salidas;/ oy, ya que só escarnida, todas me son fallesçidas” (882c,d). Trotaconventos da el colofón dando solución al “problema” de Doña Endrina y quitándole así la libertad a una joven y rica viuda metiéndola en el contrato matrimonial (890).

Cabe citar que parece un poco contradictorio que, Juan Ruiz diciéndole como le dice a Doña Endrina en su primera entrevista: “En el mundo non es cosa que yo ame a par de vos;/ tienpo es ya pasado de los años más de dos, / que por vuestro amor me pena: ámovos más que a Dios” (661,abc), llegue a forzarla y a tratarla de forma inmoral, aludiendo como alude a un lenguaje propio del amor cortés, del amor como servicio a la dama, que se concibe como una deidad: “… ámovos más que a Dios”.

Lógicamente no hemos tenido en cuenta la opinión de Luis Jenaro Ma-cLennan acerca de la laguna citada, ya que nuestros pensamientos no van orientados por ese camino: descarta la censura y se basa en las dificultades inherentes a la tradición textual del Pamphilus. Eso sí, estamos de acuerdo con él en que esa notoria laguna de 32 estrofas no fue debida a accidente.

CONCLUSIÓN

El largo episodio de los amores de Don Melón y Doña Endrina en el Libro de Buen Amor nos ofrece, con la transformación de la doncella Galatea en la viuda Doña Endrina, una de las posibles direcciones del loco amor. El interés de los consejos que el Arcipreste da a las mujeres (892-909), con los que termina la aventura, recae en que se pueden interpretar para apoyar lo hecho

por Don Melón: es decir, para meter a las mujeres al orden patriarcal del buen amor (904).

La moraleja bien puede ser “mujer no te pongas en la posición de Endrina, que por despreciar a más de cien tuvo que ser forzada a entrar al orden. Sigue tú el buen amor para que no te pase lo que a ella”. Muy claro lo dice al final de sus consejos: “Dixela por te dar ensiemplo” (909b), para moralizar.

LA CONQUISTA MITIFICADA: LA TRILOGÍA DE LOS

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