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Las inflexiones finales

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4. La presencia de rasgos prelingüísticos en la entonación de la interlengua

4.3 Un análisis más detallado sobre los rasgos melódicos prelingüísticos

4.3.3 Las inflexiones finales

En este apartado nos dedicaremos a presentar las inflexiones finales de los enunciados, lo que todavía entraría bajo el concepto de la entonación prelin-güística, pero también nos permitiremos unas comparaciones a nivel de contor-nos complejos y tonemas con las realizaciones del español peninsular, incursio-nando de esta forma ya en el terreno de la entonación lingüística.

Como se desprende de la Tabla 4.5, predominan los ascensos, en el 71,8%

del corpus encontramos inflexiones finales ascendentes. Solo el 13,7% de los contornos tiene una melodía final descendente, y el resto de los contornos son de inflexión final compleja (ascendente-descendente, descendente-ascendente o aun más complejo).

Ascenso hasta la primera sílaba de la palabra que continúa

Tipo de Inflexión Final no

ascensos simples60 214 78,4

ascenso con acento sintagmático elevado 59 21,6

ascensos superiores a 15% 244 89,4

ascensos superiores a 40% 171 62,6

ascensos valor medio (todos los ascensos) 51,44

ascensos desviación estándar (todos los ascensos) 30,22

Inflexiones finales descendentes no

(de 380) %

descensos simples 30 57,7

descensos desde acento sintagmático elevado 22 42,3

descensos inferiores a 15% 36 69,2

descensos superiores a 40% 0 0

descensos valor medio (todos los descensos) 11,52

descensos desviación estándar (todos los

descensos) 8,06

Inflexiones finales complejas y otros contornos no

(de 380) %

(de 100)

inflexiones finales circunflejas 47 12,4

otros 8 2,1

Tabla 4.5. Características de las inflexiones finales en el corpus

       

60 Simple en este contexto quiere decir que no parten desde un núcleo elevado.

Las inflexiones ascendentes en su mayoría (78,4%) son simples, solo caracteri-zan el núcleo y las sílabas siguientes. En 21,6% de los ascensos encontramos acentos sintagmáticos elevados, o sea, el núcleo se sitúa ya en un punto más alto (como mínimo con 10% de ascenso respecto a la sílaba anterior). General-mente estas inflexiones son superiores a 40% (62,6% de las inflexiones ascen-dentes) y 89,4% supera el 15%. El valor medio del ascenso en las inflexiones es de 51,44%, con una desviación estándar de 30,22%.

Debido a que nuestro corpus procede de diálogos espontáneos, abundan los fenómenos de disfluencia (por ejemplo, falsas partidas o repeticiones, pau-sas llenas y vacías, titubeo o los alargamientos antes de ceder el turno de pala-bra o como señales de incertidumbre; véase 4.3). No sorprende, por lo tanto, la gran cantidad de contornos /+ suspensos/ con una inflexión final ascendente.

Por otra parte, las inflexiones ascendentes finales pueden estar motiva-das por el hecho de que el hablante no sepa cómo terminar la frase61 (27):

(27)

Hay casos cuando el hablante no solo eleva la melodía, sino también alarga la última sílaba, evidenciando que todavía tiene algo por decir, como en el (28):

       

61 El punto al principio de la sílaba .er significa que dentro de la sílaba (ner) hay una inflexión superior a 10%. Los puntos suspensivos indican alargamiento.

Ascenso final en los enunciados /+suspensos/

(28)

Este tipo incluye frases muy características en nuestro corpus, especial-mente en la parte proveniente del “Map Task”. El uso de enunciados ascen-dentes /+suspendidos/ se puede explicar por el formato de la tarea que tuvie-ron los informantes: explicar lu ruta con respecto a un interlocutor. Como siem-pre tenían que seguir con los pasos para orientar al oyente, después de cada paso elevaban la melodía, señalando que seguirían con el paso siguiente dentro de poco, por lo tanto, prácticamente se trataba de una enumeración implícita.

Obviamente, no faltaban las frases en realidad truncadas que con el ascenso final indicaban la naturaleza interrumpida del enunciado, véase (29):

(29)

Las inflexiones finales ascendentes que hasta ahora hemos visto partieron todas de un núcleo bajo, pero encontramos 59 casos (15,6% del total) de ascen-so desde un acento sintagmático elevado, como vemos en el (30):

Ascenso final con alargamiento de la última sílaba

Enunciado truncado con ascenso final, indicando la interrupción

(30)

Este tipo de contornos se caracterizan por no tener una declinación que ter-mine en el núcleo y después un ascenso partiendo de esta sílaba, sino que el ascenso empieza ya antes, y la frase tiene así el núcleo posicionado en cierta altura respecto a la sílaba anterior.

De todas maneras, las inflexiones ascendentes en los enunciados de nues-tro corpus corresponden en general a los contornos suspendidos del castellano peninsular, pero sobre todo en lo que respecta a la inflexión final:

Figura 4.2. Los contornos /+suspendidos/ en el español peninsular (Cantero & Font-Rotchés, 2007: 77-78)

Podemos constatar, entonces, que en caso de los enunciados suspendidos, los húngaros no tienen mayores dificultades a la hora de reproducir los patrones entonativos españoles de la península.

Ascenso desde un acento sintagmático (= núcleo) elevado

Las inflexiones finales descendentes constituyen una minoría en nuestro corpus, con 13,9% de todos los enunciados. Básicamente encontramos dos tipos: los que tienen el acento sintagmático al final de un movimiento descendente, como parte de la declinación (30 casos, el 57,7% de los contornos descendentes, véase (31)), o los que tienen el núcleo en un punto más elevado respecto a la sílaba directamente prenuclear, en 22 casos (42,3% de los descensos), como se ve en (32):

(31)

(32)

Tenemos que observar que los descensos en general son muy poco marcados, con el valor medio del 11,52 % (desviación estándar de 8,06), nunca llegan a -40%, su mayoría (69,2%) no alcanza el -15% y el fenómeno de la declinación

Contorno descendente con acento sintagmático elevado Contorno descendente desde el núcleo normal

tampoco se presenta tan característicamente. Si comparamos los resultados de nuestro corpus con los contornos típicos declarativos /- interrogativos – enfáti-cos – suspendidos/ – ejemplificados en la Figura 2.3, pero véase también la Figura 4.3 – , podemos notar que la realización húngara no se parece tanto a la famosa forma de “puente colgante” de Bolinger (1961), que sería el contorno declarativo no marcado por defecto en el español. En las investigaciones de Cantero & Font-Rotchés (2007), hay un patrón declarativo similar, con la única diferencia de que el segundo “pilar” del puente colgante se encuentra a la mis-ma altura que la altura del primer pico, pero esta formis-ma de resituar la declina-ción resulta en que el contorno que presente tales características se interprete como enfático. Sin embargo, no encontramos prácticamente ningún contorno en nuestro corpus que correspondiera a estas formas:

Figura 4.3. El contorno típico declarativo /-interrogativo – enfático - suspendido/ del castellano peninsular (Bolinger 1961; Chela-Flores 2003: 260) y el contorno

declarativo enfático de Cantero y Font-Rotchés (2007: 79).

Se desprende de las figuras y de las descripciones sobre el contorno típico declarativo neutro que, aunque el núcleo es generalmente el último acento léxico del enunciado y se relaciona con el acento en el rango superior de la jerarquía fónica (véase la Figura 3.1), en realidad el pico más alto corresponde al primer pico, no al último62. De esta forma, generalmente en español, debido a la declinación, tendríamos un contorno paulatinamente descendente, con la mayor altura tonal en el primer pico y un descenso no tan marcado ya desde el núcleo, véase la Figura 4.4:

Figura 4.4. Contorno de declinación típica de las declarativas españolas neutras, con la mayor altura tonal en el primer pico y un descenso menos acusado desde el núcleo

(Chela-Flores 2003: 260)

En los contornos declarativos producidos por húngaros, sin embargo, no encon-tramos melodías de esta forma: como vimos en (31), no se percibe una declina-ción regular, no tenemos un primer pico tan marcado, y la inflexión final tampo-co es muy pronunciada. Por lo tanto, en este caso tenemos que enfrentarnos a más dificultades por parte de los estudiantes húngaros que en el caso de los contornos /+suspendidos/ si se trata de una reproducción fiel del patrón espa-ñol peninsular. No presuponemos, sin embargo, en principio una transferencia negativa del húngaro en caso de estas frases si consideramos la amplitud del descenso: más bien se trataría, a nuestro entender, de una timidez e inhibición característica de los estudiantes de lenguas que todavía no dominan la lengua meta del todo, y por eso, evitan los movimientos tonales llamativos, tal como ya hemos dicho en el caso de las inflexiones internas (véase 4.3.2). Lo mismo ocur-riría en caso del ascenso moderado de los primeros picos: una evasión intencio-nal por parte del estudiante inseguro. Cabe mencionar, sin embargo, que para verificar esta suposición, convendría examinar otras interlenguas desde este mismo aspecto, para ver si se presenta la misma reticencia a la hora de

produ-       

62 A pesar de que el primer pico tenga mayor prominencia en cuanto a la altura, y así el núcleo no se relacione con un movimiento tonal tan radical, sí que se percibe cierta pro-minencia tonal asociada al núcleo (véase Roca 1986, citado por Chela-Flores 2003:

260).

cir movimientos tonales acusados o no. Aun así, no tendríamos, de momento, explicación para la ausencia de la declinación en la interlengua húngaro-espa-ñola de los hungaroparlantes, ya que la melodía por defecto empleada en las declarativas neutras húngaras también es descendente, presenta un descenso ininterrumpido gradual (véase, por ej. H. Tóth 1997: 167).

Respecto a las inflexiones finales complejas – ascendentes-descendentes o descendentes-ascendentes – su presencia es escasa en nuestro corpus: 12,3%.

En cuanto a la amplitud tonal de tanto los ascensos como los descensos, pode-mos decir que en general no son tan pronunciados. El valor medio de los ascensos es del 42,5%, con una desviación estándar del 24,22%. Los descensos son aun menos acusados, con el valor medio del 16,79%, siendo la desviación estándar del 7,63%. A continuación mostraremos un ejemplo para una inflexión final ascensdente-descendente (33) y otro de descendente-ascendente (34).

(33)

(34)

Si comparamos nuestros ejemplos con los contornos de inflexión final com-puesto en el español peninsular, veremos que (33) se parece mucho a una mezcla de los dos contornos europeos de los patrones IVa y IVb, y en el ejemplo de (34) se puede ver un contorno muy parecido a la versión española Xb, con una declinación resituada. No hallamos en nuestro corpus ningún ejemplo se-mejante al patrón Xa.

Figura 4.5 Los patrones melódicos complejos (Cantero & Font-Rotchés 2007: 75–76; 81)

Tenemos tan solo 8 contornos que no hemos podido categorizar según ningún patrón correspondiente en Cantero & Font-Rotchés (2007). Se trataba de movi-mientos tonales tan complejos que a veces incluían más de 3 inflexiones desde el núcleo, como se puede ver en el ejemplo (35):

(35)

Declinación con resituación

Los resultados respecto a las inflexiones finales en nuestro corpus de la inter-lengua húngaro-española muestran que, por una parte, los hungaroparlantes lograron reproducir las melodías españolas peninsulares en los enunciados suspendidos. Los patrones /+suspendidos/ empleados se parecían considera-blemente a los equivalentes del castellano, sobre todo respecto a la magnitud de la inflexión final. No hemos tenido tanto éxito en las inflexiones finales descendentes, propias de los contornos declarativos: teníamos inflexiones fina-les muy poco marcadas, y las otras características del cuerpo (porcentaje del ascenso del primer pico o la falta de una declinación constante) tampoco reflejaban los rasgos esperados de los patrones /-interrogativos – enfáticos – suspendidos/.

En cuanto a las inflexiones finales complejas, tenemos escasos ejemplos en el corpus, pero en los que hay, tanto la parte ascendente como la descenden-te de la inflexión observan muy poca amplitud tonal.

4.4 Resumen

En este capítulo hemos caracterizado, en principio desde el punto de vista del análisis melódico prelingüístico, la interlengua húngaro-española. Basándonos en un corpus oral espontáneo de 380 enunciados /- interrogativos ± enfáticos

± suspedidos/ españoles producidos por estudiantes húngaros de nivel umbral según el MCERL, hemos confirmado y matizado los resultados anteriores de Baditzné (2018).

El análisis ha tenido en cuenta los siguientes factores:

˗ las características del primer pico (posición, tonicidad y el % de ascenso del anacrusis;

Inflexión final compleja (varias inflexio-nes sucesivas desde el núcleo –quier-)

˗ las características melódicas del cuerpo (inflexiones internas, la presen-cia de la declinación y el campo tonal);

˗ las características de la inflexión final (% de la inflexión tonal, posición y altura del núcleo).

Respecto a las inflexiones finales, también comparamos los contornos produ-cidos por húngaros con los patrones característicos del español peninsular y, de este modo, entramos en el terreno de la entonación lingüística.

Nuestros datos corroboran que los húngaros tienden a realizar los enun-ciados declarativos sin un primer pico y un anacrusis perceptibles, con cuerpos frecuentemente planos, pocas inflexiones internas pero típicamente sin declina-ción constante. En casi la mitad de los casos no hemos podido percibir un anacrusis característico: o bien el ascenso no alcanzaba el 10%, o bien la prime-ra sílaba del enunciado funcionaba como un primer pico y desde este punto ha-bía un descenso ya superior a 10%. También notamos una fuerte presencia de anacrusis con subidas y bajadas tonales hasta el primer pico (no superiores a 10%): un ascenso interrumpido hasta el primer pico sería inusitado en el es-pañol peninsular. Respecto a la posición del primer pico, si lo hay, recae más característicamente en una sílaba átona anterior a la primera sílaba tónica del enunciado.

La mayor parte de los enunciados presenta un cuerpo con un campo tonal poco amplio: solo un 13,1% supera el 50% de amplitud. También tenemos que observar la presencia de cuerpos totalmente aplanados, en casi la tercera parte de los enunciados. Las inflexiones internas, en caso de haberlas, tampoco son muy marcadas, con un valor medio del 23,47%, y no afectan más que al 36,5%

de las palabras léxicas en nuestro corpus. Estos resultados no se acercan a los datos extraídos de habla espontánea del español peninsular (véanse Ballesteros Panizo 2011 y Mateo Ruiz 2014).

Generalmente estas inflexiones internas recaen en sílabas tónicas, pero es necesario mencionar un fenómeno poco acostumbrado en el español penin-sular: los alumnos húngaros tienden a realizar picos en las primeras sílabas, ya sea como primeros picos (incluso primeros del enunciado), ya sea como picos interiores en el cuerpo, independientemente de si en español estas sílabas estu-vieran acentuadas o no. Esta observación se podría explicar con la tendencia de asignar acento a las primeras sílabas por defecto en el húngaro.

Si analizamos las inflexiones finales, ya entramos en el ámbito de la ento-nación lingüística. En la mayor parte de nuestro corpus encontramos contornos

ascendentes, los que eran declarativas suspendidas, debido a que en el map task se han producido varias frases a modo de enumeración, con las que el informante indicaba que todavía iba a seguir hablando. Estas frases /+ suspen-didas/ en general se correspondían melódicamente con los patrones peninsula-res / + suspendidas/.

No hemos tenido esta experiencia con los enunciados / - interrogativos – enfáticos – suspendidos/. Las declarativas, a diferencia de la tendencia espa-ñola peninsular, no se caracterizaban por una declinación leve y continua, y los descensos finales a partir del núcleo eran muy moderados. Esta vez esta diferencia de la norma española no se puede explicar por la presencia de una transferencia negativa del húngaro, ya que en caso de las declarativas, especial-mente neutras, el húngaro también se valdría de una melodía descendente con declinación. Pensamos que en este caso, igual que en caso de las inflexiones internas y las inflexiones ascendentes y descendentes estrechas encontradas en las pocas frases con inflexión final circunfleja en nuestro corpus, se deben al hecho de que los informantes no eran nativos. Aun en el nivel umbral es per-ceptible una actitud algo tímida por parte de los estudiantes de lenguas, evitan-do el uso de mayores inflexiones tonales para no llamar así demasiaevitan-do la atención a su habla todavía “no perfecta”. En el futuro, convendría verificar esta hipótesis, examinando otras interlenguas desde el punto de vista de la amplitud tonal de las inflexiones internas y finales y el campo tonal en general.

5. Rasgos lingüísticos de la entonación española de

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